La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha anunciado la adquisición de seis piezas romanas de excepcional factura y en óptimo estado de conservación originarias de la colonia de Urso –la actual Osuna– con destino a la colección del Museo Arqueológico de Sevilla, inmerso en la actualidad en la fase de embalaje y traslado de sus fondos de cara a la reforma integral de su sede, edificio diseñado por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929.
Las piezas, halladas en 1903 en un pozo y legadas durante varias generaciones de propietarios hasta ser adquiridas ahora por la Junta de Andalucía, son de mármol de extraordinaria calidad, probablemente de origen griego. Destacan la cabeza femenina y el pie femenino con sandalia e inscripción, además de dos fragmentos de una estatua thoracata (pierna y faldellín), un fragmento de pie con caliga y otro pie descalzo de estatua colosal en dos fragmentos.
Patricia del Pozo ha destacado que «esta importante adquisición se enmarca dentro del compromiso de recuperación y revalorización emprendido por la Consejería de Cultura y de Patrimonio Histórico, una iniciativa que tiene como objetivo enriquecer, valorar y poner a disposición de todos los andaluces y andaluzas, así como de las futuras generaciones, el rico patrimonio cultural heredado».
«Este objetivo, que en los tiempos actuales implica un enorme esfuerzo por parte de la Junta de Andalucía, pasa por enriquecer las colecciones de los museos andaluces, así como modernizar, adaptar y mejorar sus servicios e instalaciones, tal como se está haciendo en el Arqueológico de Sevilla con vista a su rehabilitación integral», ha declarado Del Pozo. En este caso, la Consejería de Cultura ha invertido 76.050 euros en la adquisición de este conjunto excepcional.
La consejera ha avanzado que «las piezas, custodiadas en la actualidad en el Centro Logístico del Patrimonio Cultural de Andalucía, formarán parte de la futura exposición del Museo Arqueológico de Sevilla una vez que esté completamente renovado, convirtiéndose así no sólo en una institución cultural emblemática que ya es por la importancia de sus fondos, sino que también supondrá un considerable impulso económico y cultural para la ciudad».
Sobresale, entre las seis piezas ahora incorporadas al patrimonio público andaluz, la cabeza femenina que parece representar a Minerva o Dea Roma. Su importancia reside en su rareza, ya que aunque existen torsos de otras imágenes que se pueden atribuir a dicha diosa en otras ciudades de la Bética, no es frecuente en ellas la presencia de las cabezas. La única similar es la cabeza de Itálica, aunque es de realización posterior.
A esta pieza le sigue en relevancia el pie femenino, con dos cintas trenzadas de sandalia, de una alta calidad artística. Como singularidad presenta una inscripción epigráfica que se transcribe BALIAR –que se podría desarrollar como BALIAR (icus) [fecit]- y que podría ser la firma del escultor, algo no muy frecuente.
Del resto del conjunto de piezas, además de su calidad material y de esculpido, destaca por la posibilidad, a falta de un estudio en profundidad, de que puedan estar relacionadas entre sí. Es decir, que no se descarta que el pie con calzado militar corresponda a la misma escultura que de la cabeza femenina. Precisamente, por este motivo, el valor de este lote escultórico viene dado como conjunto más que por el valor individualizado de las piezas.
Desde su hallazgo en 1903 en Osuna hasta llegar al Arqueológico de Sevilla las piezas han pasado por dos comunidades autónomas, aunque siempre en manos de la misma familia. El primer heredero se las llevó consigo a Murcia, donde han residido durante muchos años. Ahora son las nietas de su descubridor las que han decidido venderlas para que se integren en el patrimonio cultural público, logrando su compra la Junta de Andalucía para que vuelvan a su lugar de origen.
A pesar de que las piezas fueron estudiadas en su día y de que sus fotografías permanecieron en el archivo de G. Bonsor, durante muchos años pasaron desapercibidas entre los eruditos e investigadores, hasta fechas recientes en que se recuperó su memoria y se investigaron ampliamente, reconociendo su origen, su importancia y su valor histórico e integrando así el corpus de esculturas romanas de la Bética.